Las separaciones y rupturas en los padres suelen generar emociones de tristeza, enojo y confusión en los niños. Muchas veces, estos sentimientos no son expresados de forma libre, por lo que permanecen ocultos en el organismo, llevando a interrumpir el ciclo de la experiencia y a manifestarse mediante conductas que preocupan a los padres o cuidadores.
Es imprescindible que el psicoterapeuta pueda llevar un tratamiento ajustado a las necesidades de los pacientes que acuden cuando se presentan estas dificultades. Para ello, requiere conocer a profundidad los proceso implicados en la autorregulación organísmica durante la separación de los padres, así como las habilidades terapéuticas que posibiliten el manejo de técnicas específicas para que los pacientes recuperen las partes fragmentadas de sí mismos.